Kilómetro tras kilómetro, las propiedades de cualquier lubricante de cualquier rango se deterioran, en especial su viscosidad, a las temperaturas de funcionamiento. Con los motores carburados, el asunto es mucho más crítico, pues la mezcla es fija y en el encendido en frío con el choque la cantidad de gasolina que se agrega es enorme.
Bastante menos con la inyección, pues el computador es capaz de poner la cantidad de gasolina exacta, pero de todas maneras puede haber excesos, y esa es una de las razones por las cuales un motor no se debe calentar en vacío. Primero, para no dañar el aceite y, segundo, porque la lubricación es baja y las emisiones muy altas.